Nació en 1998 dentro de ese breve matrimonio entre Michael y Debbie Rowe, una enfermera que consiguió lo impensable para cualquier fan de Jackson (o de cualquier otro ídolo): casarse con él y ser la madre de dos de sus hijos. Tras su separación en 1999 la custodia de Paris -junto a la de su hermano mayor Michael- pasó enteramente a su padre.
Comenzaba la época de las máscaras (que hace poco Paris tildaría de "estúpidas") y los velos para ocultar la identidad de los pequeños Jackson. A pesar de haber tenido una infancia semioculta y con residencias diversas, la niña reconocería entre lágrimas el día del multitudinario funeral de Michael que "mi papá es el mejor padre que podría haber conocido
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